Almedinilla vive con emoción e intensidad la jornada del Viernes Santo. Un día lleno de matices y de escenas para todos los gustos en el que el buen tiempo, la belleza de los pasos, la saeta, las marchas procesionales, lsd mantillas y el fervor popular concentraron a muchos centenares de fieles.
El Viernes Santo en Almedinilla es una de las tradiciones más arraigadas y que congrega cada año a centenares de fieles para vivir la exaltación de la religiosidad popular y de la primavera recién llegada.
Los actos comenzaron a las 10:30h de la mañana con la salida de la Cruz de Guía, Ciriales y estandarte de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, iniciándose un ambiente propicio para emocionarse con el perfume de la cera derretida y la mezcla de incienso y azahar, junto a los saludos y abrazos de antiguas amigos y seres queridos que vuelven a la tierra que le vio nacer para acompañar a Jesús Nazareno y a la Virgen de los Dolores en su estación de penitencia.
A este ambiente de emoción también contribuyó la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Virgen y hermanas ataviadas de mantillas y la cantaora prieguense Ana Belén Matilla que interpretó, desde los balcones de la Calle Río y Plaza de España, la plegaria de cuatro saetas que hizo vibrar los corazones de los cofrades, devotos y asistentes, junto al respeto y al silencio de una multitud frente a las imágenes que pasean por las calles y plazas de Almedinilla en procesión y todo el boato que rodea a esta ancestral costumbre que derrama arte y una singular belleza, bajo las marchas procesionales de las banda musicales locales de tambores y cornetas “La Unión”, acompañando al Nazareno, y la Banda Municipal de Música a la Virgen de los Dolores, conformadas por un centenar de jóvenes que con mucha ilusión preparan los desfiles procesionales de la Semana Santa almedinillense y del entorno.
El culmen de la emotividad llegaba en el encuentro del Hijo y la Madre al final del recorrido procesional en la Plaza de la Iglesia, donde se funden el dolor del madero y la impotencia de una Madre que guarda el sufrimiento de su Hijo en el corazón, mientras que las marchas procesionales de “Encarnación Coronada”, “Costalero” y “Siempre La Esperanza” que unió a todos los presentes en el cántico “Dios te salve María llena eres de gracia….”
Pero aún se vivieron momentos más intensos cuando el Nazareno impartió la bendición en la que niños y mayores levantaron los tradicionales hornazos para ser bendecidos en medio de aplausos y vivas que salían de los más hondo de los corazones.
La intensidad de los momentos vividos se reavivó cuando la Dolorosa ocupó el centro de la plaza para despedirse de la multitud y los jóvenes costaleros la bailaron y elevaron para que todo el pueblo de Almedinilla sepa que después del dolor y muerte vine la resurrección.
Los actos del Viernes Santo concluyeron con la celebración de la conmemoración de Muerte del Señor en la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista.
Manuel Carrillo Castillo
