Almedinilla, este pequeño pueblo rodeado de peñas y olivos, se encuentra situado en el extremo Suroeste de la provincia de Córdoba, formando parte de la Mancomunidad de la Subbética, que agrupa a catorce municipios del Sur de la provincia, dentro de la depresión Priego-Alcaudete. Su término presenta una marcada forma triangular con una extensión de 55,5 kilómetros cuadrados, siendo uno de los municipios de menor superficie de la provincia, de la que representa el 0,41%.
Sus límites se corresponden con los tres lados del triángulo que la caracteriza: al Este con Alcalá la Real (Jaén), al Oeste con Priego de Córdoba y al Sur con Montefrío (Granada).
El término se asienta sobre terrenos quebrados cuyas alturas están comprendidas entre los 595 y 1095 mts. La zona sur, apoyada en las estribaciones de la Sierra del Albayate, es la más accidentada y de mayores alturas, mientras que en la parte Norte, las estribaciones de la Sierra del Judío, dan lugar a terrenos algo menos sinuosos con cotas entre 600 y 800 mts.
Las principales elevaciones montañosas enclavadas en el término de nuestro municipio son las siguientes: la Sierra Vizcántar al Noroeste del término con una altitud media de 800 mts; el Cerro de la Cruz, situado al Este de Almedinilla con una altura de 828 mts; los Castillejos, situado en las estribaciones de la Sierra de Albayate, hacia el Sur del término municipal; y la Sierra de Castilla, situada en el extremo Sur.
Almedinilla es un pueblo vivo y dinámico en el que el blanco de sus casas, mezclado con la roca de su Sierra, se confunde con el verde de su olivar, invitándote a un paseo en el tiempo.
Hablar de Almedinilla es hablar de arqueología, de cultura, como lo hacen sus importantes yacimientos arqueológicos: la Villa Romana de “El Ruedo” (Declarada B.I.C), una de las superficies más importantes de la Península, el Poblado Ibero de El Cerro de la Cruz también declarado B.I.C., de los pocos de Baja Época Ibérica excavados en Andalucía y su Museo Histórico–Arqueológico que contiene las extraordinarias piezas que están aportando estos Yacimientos, destacando la cerámica ibera y el conjunto escultórico de la Villa, sobre todo el dios grecorromano del sueño: Hypnos o Somnus, cuyo estado la convierte en la más importante de las pocas conservadas en el mundo.
Ya desde época romana esta localidad destaca por la calidad de sus aceites de oliva virgen extra, pertenecientes a la Denominación de Origen Priego de Córdoba, extraídos de los olivares que forman su bello paisaje por el que discurre el río Caicena, hablándonos de historia, tradiciones, costumbres, que se reflejan en su rica gastronomía tradicional.
Fuente Grande
Es una de las aldeas con más población de Almedinilla. En ella se encuentra un Almazara con un excelente aceite de oliva virgen extra, llamada «Aceites Fuente Grande».
Como las demás cuenta con su propia ermita/iglesia. La imagen más destacada de ésta es la de San José, por la cuál todos los años se celebra una gran fiesta popular, con procesión , comida de convivencia, verbena, etc. Además de esta fiesta, en el verano se realiza, diferentes verbenas populares.
Sileras
Sileras es una pequeña aldea perteneciente al municipio de Almedinilla, se encuentra a unos cuatro kilómetros de éste.
Pese a ser una aldea, cuenta con su propia iglesia, la Virgen del Carmen, es la patrona de esta aldea, y por la que en el mes de septiembre se realizan las fiestas en honor a ella. También cuenta con su propio cementerio.
Los Ríos
Los Ríos, es una de las 5 aldeas que pertenecen al municipio de Almedinilla. Recibe este nombre, debido al río del pueblo atraviesa esta pequeña aldea.
Como en Sileras, aldea más próxima a esta, cuentan con una pequeña iglesia, en ella se encuentra el patrón de la localidad, San Isidro Labrador. Todos los años en torno al 15 de mayo, se realiza una romería y verbena popular en honor a éste.
Brácana
Brácana, aldea que pertenece al pueblo de Almedinilla. Es un lugar rodeado por olivares, donde se respira naturaleza.
En Brácana podemos encontrar su pequeña ermita, donde se encuentran las imágenes de la Virgen de Fátima y el Sagrado Corazón de Jesús. El dí 12 de mayo se celebra una fiesta en su honor, en la cual procesionan las imágenes por la aldea. al término, la hermanadad ofrece una comida de convivencia, actuaciones y verbena popular. Pero sin duda alguna, la fiesta más famosa de la aldea y también del pueblo es su carnaval, al que todos los años acuden cientos de personas.
Venta Valero
Es la aldea con menos población de Almedinilla. Se encuentra en el límite con las provincias de Jaén y Granada, junto a los pueblos de Lojilla, Montefrío, etc.
Cuenta con una pequeña ermita. Pese a ser de los más pequeños, en su localidad hay dos bares, los cuales tienen bastante afluencia de personas, lo que da vida a esta pequeña Aldea.
Nuestra historia
La Subbética Cordobesa se encuentra en el centro geográfico de Andalucía, entre las tierras de la campiña jienense y las tierras malagueñas, e igualmente entre la campiña cordobesa y las depresiones granadinas. Pasos naturales como el creado por la sierra Gallinera, la Depresión Priego-Alcaudete, el río Almedinilla, el Zagrilla, el Jaula, el Zambra o el propio Genil, han originado una confluencia de caminos que ha hecho de estas tierras del sur cordobés zona de paso que también, según los avatares de la Historia, se transformaba en zona de frontera y límite. Las tierras de la actual Almedinilla, al participar de estas características y ser rica en agua, diversidad ecológica, y temperaturas relativamente suaves, fueron desde fechas tempranas pobladas por los seres humanos que aprovecharon para instalarse los afloramientos de agua y las tierras más accesibles y fértiles.
Para los estudios de periodos prehistóricos e históricos antiguos en Almedinilla tenemos una gran falta de datos, ya que la investigación arqueológica se ha limitado por ahora a prospecciones superficiales. Contamos en Almedinilla con la excepción de las excavaciones parciales de dos yacimientos emblemáticos: la villa romana de El Ruedo y el poblado bastetano prerromano de el Cerro de la Cruz. Para la historia reciente de Almedinilla (siglo XIX y XX) se cuenta con los trabajos de «buceo» en los archivos municipales, provinciales y eclesiásticos de R. Requerey, por una parte, y por otra de J. Cuadros, I. Hens y M. Carrillo.
Las evidencias de poblamiento en el término municipal de Almedinilla se remontan al Paleolítico Medio (100.000-35.000 antes de Cristo) poco estudiado pero evidenciado por varios hallazgos a lo largo del río Caicena y sus terrazas, consistentes en piedras de sílex, cuarzo y cuarcita trabajadas artificialmente para la elaboración de utensilios. Esta época corresponde con la presencia del Hombre de Neanderthal que ya poseía manifestaciones rituales (culto a los muertos) y atisbos de arte, arte que desarrollará el Homo Sapiens Sapiens durante el Paleolítico Superior (35.000-10.000 a. C.) y del que existe un buen ejemplo en el yacimiento arqueológico de «El Pirulejo» en Priego. Del rico Neolítico de las Sierras Subbéticas no se tiene aún en Almedinilla constancia, al contrario de lo que ocurre en Priego o Fuente Tójar, siendo el yacimiento arqueológico del Neolítico más cercano a Almedinilla el de la cueva de Los Mármoles en la Sierra de los Judíos de Priego.
La agricultura cerealística y la ganadería de ovicápridos, bóvidos y porcina parecen haber sido los pilares de la economía durante el Calcolítico (el metal en esta zona no tiene demasiada importancia) proliferando molinos de mano para triturar las semillas (de forma barquiforme), hachas pulimentadas (para la tala de árboles y trabajos de carpintería), cerámica «a mano» (bordes engrosados» y formas abiertas) y utensilios de piedra sílex (hojas, hojitas y raspadores). Un buen ejemplo en Almedinilla de este período lo tenemos en los yacimientos de El Castellar, Las Llanás, Castillejos, y Cerro Blanco, yacimientos todos ellos que se divisan entre sí y en conexión visual también con la cueva de los Mármoles y el importante yacimiento calcolítico de La Mesa y Cerro de Las Cabezas en Fuente Tójar.
Para los momentos iniciales de la Edad del Bronce no se ha encontrado en Almedinilla ningún testimonio, salvo viejas noticias, no confirmadas, sobre posibles enterramientos que aprovecharían las grietas rocosas del tajo de Las Llanás, así como algunas cerámicas del Cerro Blanco.
El pueblo ibero que se ubicó en la zona de la actual Almedinilla parece haber sido el Bastetano (siglos VI-II a. C.) constatado por la tipología cerámica del poblado y la necrópolis (con abundante armamento), así como la posible «frontera» con el pueblo turdetano en la desembocadura del río San Juan en el Guadajoz, a la altura de Alcaudete, remarcada tal vez por los Recintos Fortificados iberos que controlan las primitivas vías de comunicación. Además del conocido poblado ibero del Cerro de la Cruz, se pueden citar en Almedinilla el de Los Castillejos, La Hoya, Cortijo Albarillo, Las Viñuela y Las Peñas. Todos ellos debieron tener relación estrecha con el Cerro de las Cabezas de Fuente Tójar, que desde el Bronce Final se configura como el yacimiento principal del curso del Caicena. El Cerro de la Cruz en Almedinilla, Cerro de las Cabezas en Fuente Tójar, Almanzora en Luque, Cerro del Castillo en Carcabuey, Cerro del Puerto y Torre Alta en Priego, parecen definir el poblamiento ibero de la actual comarca de Priego.
La paulatina conquista romana de estos territorios debió provocar que muchos poblados ibéricos cayeran en decadencia, e incluso desaparecieran violentamente como parece haber ocurrido con el Cerro de la Cruz a finales siglo II a. C. Se llega así a la plena romanización de nuestra comarca, en un verdadero auge de la vida urbana que es seguida de multitud de asentamientos rurales, algunos de gran importancia como la Villa de «El Ruedo» en Almedinilla, que ocupan y explotan el territorio como hasta entonces no había ocurrido, consolidando la agricultura mediterránea del olivo, la vid y el cereal. Municipia (ciudades), vici (aldeas) y villae (explotaciones agropecuarias), salpican el territorio, dibujando ya en gran medida el poblamiento posterior (que llega hasta la actualidad en muchos aspectos). Una extensa red de yacimientos romanos salpican Almedinilla. Todos estos yacimientos romanos de Almedinilla responden en todo caso a núcleos rurales que estarían vinculados con alguna ciudad (tal vez el entonces municipium del Cerro de Las Cabezas en Fuente Tójar).
A partir del siglo IV el impacto del Cristianismo debió ser importante en estas tierras como lo atestigua la Sede Episcopal de Cabra (mediados siglo IV). Aunque elementos del paganismo debieron prolongarse hasta la entrada en escena del Islam. Los momentos finales de la cultura romana y la cultura visigoda se atestiguan en Almedinilla en los yacimientos tardoantiguos antes citados, que parecen mantener las pautas de poblamiento anterior. Corresponde este periodo con la última fase de ocupación de la villa y necrópolis de El Ruedo, en un ambiente ya no residencial y lujoso, que posiblemente nos anuncie la existencia de pequeñas poblaciones rurales.
Con la llegada del Islam, la Edad Media hispano-musulmana va a estar representada en Almedinilla por varios yacimientos arqueológicos a lo largo de su término municipal, aún mal conocidos. Es en la Edad Media cuando más evidencias tenemos del carácter fronterizo y de paso al que nos referíamos al principio, ya que tempranamente las sublevaciones muladíes iniciadas en el 886 por Umar Ibn Hafsún tendrán en jaque al poder central de Córdoba, desde estas tierras montañosas. Los musulmanes impulsaron la agricultura de regadío como buenos hortelanos, y debieron cultivar las tierras del término municipal construyendo para ello una serie de aljibes, acequias y minas, de las que se conservan evidencias interesantes (aunque con dificultad en su adscripción cronológica): Las minas de agua de Rodahuevos, Sileras, El Ruedo, Fuente del Piojo.
Conquistado plenamente este territorio por los cristianos en 1341, a manos de Alfonso XI, el actual término municipal de Almedinilla debió quedar prácticamente despoblado e inseguro.
La actual población de Almedinilla parece surgir como aldea de Priego, con cierta entidad, a finales del siglo XVII y al socaire de la política ilustrada que favorece una incipiente ocupación del territorio a partir de las colonizaciones de las tierras de señorío y las comunales. Desde un pequeño grupo de huertas anteriores, Almedinilla empieza a extenderse a partir del camino que unía Priego con Alcalá La Real, a su paso por la Calle Vado (confluyendo a su vez con la cañada ganadera que iba en dirección a Fuente Tójar por «El Barrio»), distribuyéndose su población a lo largo del Caicena a partir de dos acequias de regadío que parten de Fuente Ribera (hoy en día en uso), y que se bifurcan por cada margen del río abasteciendo a las numerosas huertas que se extienden hasta la aldea-diseminado de Los Ríos-La Carrasca.
En 1844 Almedinilla consigue su independencia administrativa de Priego y se constituye con ayuntamiento propio. Los siglos XVIII y el XIX, serán testigos también del fenómeno del «bandolerismo» que aunque siempre presente tendrá en estos momentos y en este territorio un peculiar acento debido a la situación socioeconómica y política desfavorable de amplias capas de población. Este problema no termina de atajarse hasta que no finaliza el proceso de colonización y desamortización de tierras, pasando las contradicciones a otro plano. La actividad industrial de estos tiempos tendrá su reflejo en la instalación a lo largo del río Caicena, con fecha de 1798, de 8 molinos harineros, muchos de los cuales van transformándose o ampliándose a molinos aceiteros con el paso del tiempo.
Nos encontramos así a principios del siglo XX con el poso de una sociedad agrícola tradicional de pequeños y medianos propietarios, a los que se añaden grandes propietarios agrícolas que se alternan en el poder (en Priego y su comarca entre los «nicetistas» y «valverdistas»), poder no contrarrestado por una reacción clara de las capas sociales más desfavorecidas (al contrario de lo que ocurría en la Campiña, con un fuerte substrato de jornaleros), optando por la emigración forzosa (como cuando la «filoxera» acabó a principios del siglo XX con la mayor parte de los viñedos).
La gastronomía
La cocina de Almedinilla se caracteriza por ser de tipo mediterráneo, combinando magistralmente los productos del campo y de sus huertas con las carnes y embutidos que año tras año, las familias vienen obteniendo con la realización de las tradicionales matanzas familiares. La heterogeneidad de productos propicia la gran diversidad y riqueza de materias primas, que son la base fundamental de nuestra cocina tradicional.
Este encantador pueblo ofrece originales atractivos gastronómicos relacionados con la cultura romana y el aceite. Destacan : El Ecomuseo del Río Caicena con su Sala del Aceite, donde se realiza un completo recorrido por la cultura del olivar, y Las jornadas gastronómicas Romanas, donde se podrá degustar la cocina romana, extraida del recetario de Marco Gavius Apicius del s. I, amenizadas por representaciones teatrales de la época.
Así, Almedinilla proporciona a sus mesas, magníficos platos (embutidos y jamones curados artesanalmente, gracias a nuestro clima frío y seco, cereales y frutas de sus campos y las hortalizas de sus huertas). Como base fundamental de nuestra cocina, nuestro aceite de oliva virgen extra, que con su aroma penetrante y sabor intenso y afrutado contribuye a realzar los sabores de nuestros productos.
La cocina popular de nuestro municipio es el resultado de los diferentes platos que principalmente nacen en el seno de las familias, donde aún no han hecho efecto, de una manera tan contundente como en las poblaciones de mayor tamaño, las presiones publicitarias y de la sociedad actual del consumo de las comidas rápidas e industrializadas.
A continuación compartimos dos recetarios de la gastronomía tradicional de la zona ¡Descárgatelos y disfruta!
Datos económicos
La característica económica de este territorio es la de ser una economía agraria con el monocultivo del olivar como actividad predominante, confiriendo a la zona un carácter poco diversificado, frágil y dependiente de ayudas del Estado y de la Unión Europea.
El complemento principal a esta actividad agraria son las industrias de transformacion de la aceituna, con 5 almazaras (1 cooperativa y 4 privadas), y 2 instalaciones auxiliares.
En la actualidad las explotaciones son de pequeña y mediana extensión, alcanzando un 70% del territorio, y sólo el 30% de la superficie corresponde con fincas de grandes extensiones. Prácticamente todas las fincas están en régimen de propiedad y únicamente un 5% de arriendo.
El aceite que se produce en Almedinilla es de calidad excelente, con un 70% de olivar especializado en la variedad «picudo», reconocido internacionalmente como uno de los que producen aceites más afrutados y de mejor calidad. En este sentido la Cooperativa Nuestra Señora del Carmen, de la aldea de Brácana, ha recibido diferentes premios internacionales.
La reciente calificación de los aceites con la Denominación de Origen Priego (donde se incluyen los aceites de Almedinilla, Fuente Tójar, Carcabuey y Priego) subraya la calidad de los mismos.
Pero sólo un 20% del aceite que se produce en Almedinilla se comercializa directamente, el resto se vende a intermediarios (al igual que en el resto de la comarca), perdiéndose de este modo riqueza y puestos de trabajo.
La industria tiene un peso específico en continuo avance: almazaras, una fábrica de embutidos, dos de venta de muebles, cuatro confecciones textiles y varias dedicadas a la construcción (con altas dosis de economía sumergida).
Parte de esta incipiente industria se ubica en el polígono industrial «Los Bermejales» inaugurado en 1998.
La buena y cercana comunicación con Granada, Córdoba, Málaga y Jaén, abren unas perspectivas interesantes en un territorio de grandes posibilidades y recursos que comienza a despuntar.
Demografía
Almedinilla cuenta con un núcleo de población principal y 5 Aldeas (Los Ríos, Sileras, Brácana, Venta Valero y Fuente Grande), actualmente cuenta con un censo de población de 2.501 habitantes, de los cuales en el núcleo tenemos una población de 764 varones y 774 mujeres y en las Aldeas 495 varones y 468 mujeres. La población fundamentalmente se asienta en la zona urbana del municipio. La población de Almedinilla ha sufrido grandes oscilaciones en este último siglo, en el año 1950 se llegó a tener 4879 habitantes, disminuyendo hasta las cifras que tenemos en la actualidad. Así vemos que su evolución ha sido de disminuación gradual durante el segundo tercio de siglo y estancamiento en los últimos años, con una ligera tendencia al ascenso.
En Almedinilla, como en el resto de la Subbética Cordobesa, se dan dos tipos de poblamiento: el concentrado y el disperso, factor importante en la definición de las características socioeconómicas de este territorio.
De esta forma el 53 % de la población está concentrada y el 47 % dispersa, dualidad de poblamiento acentuada en Córdoba en los términos municipales de Priego e Iznájar. Otro aspecto definitorio de las características socioeconómicas de Almedinilla (al igual que ocurrió en el resto de la región andaluza) se debe a la fuerte emigración de la que fue objeto en la historia reciente, con un primer flujo en los años 20, por causa de las condiciones sociales del campesinado, acentuadas por la plaga de la «filoxera».
A partir de los años 50 la emigración se extiende, como ocurrió en todo el agro español debido a la reconversión del campo, y en el caso de Almedinilla el destino fue Cataluña, Madrid, País Vasco, Córdoba, Sevilla, y Valencia, a lo que se debe añadir una fuerte emigración temporal (en los meses de Verano) que tuvo a la costa malagueña y al Levante como puntos de llegada en relación con el trabajo hostelero.
El descenso de población es espectacular por tanto a partir de los años 50 y en Almedinilla se hace patente en el -24 % de la tasa de incremento anual medio (1980), reduciéndose la población a la mitad. La bajada acusada de población va a ser sufrida con más dramatismo en el hábitat disperso, quedando despobladas cortijadas y pequeñas aldeas: La Carrasca, Vizcantar, Cuesta Blanca, Arroyo Granada, Barranco del Lobo.
El núcleo de Almedinilla también sufre un descenso espectacular pero crece en proporción respecto de los hábitats dispersos, en una paulatina concentración de la población.
Con la emigración también se produce un movimiento en las propiedades, concentrándose en unos casos pero en líneas generales dividiéndose más, por acceso a la misma de nuevos propietarios.
En la actualidad (desde 1985), se produce un descenso moderado de la población dispersa y un crecimiento constante de la concentrada, manteniéndose la población e iniciándose un proceso de recuperación de la misma (apoyada por la llegada de antiguos emigrantes que terminan por establecerse definitivamente en el pueblo). Incluso la emigración temporal está en claro descenso debido a una nueva realidad económica.
Datos meteorológicos
El tipo de clima característico de las Sierras Subbéticas y al que pertenece el municipio de Almedinilla es el denominado clima mediterráneo semicontinental de veranos cálidos que se corresponde con al área del interior del valle del Guadalquivir, donde la penetración de la influencia oceánica por el oeste tiene lugar preferentemente en invierno, pero no tanto en verano. En esta última estación tiende a imponerse un régimen de levante en la región, asociado a una fuerte subsidencia del aire generada por la presencia de una manifestación muy intensa del anticiclón de las Azores; en esas condiciones las influencias oceánicas se reducen al máximo y ello explica el carácter muy cálido y seco de los veranos de esta zona. De hecho, este es el rasgo que mejor define lo peculiar de esta región, donde las temperaturas medias de julio y agosto superan los 28º, produciéndose, además, estos elevados valores en virtud de unas temperaturas máximas muy altas, que superan casi siempre los 35º y con una frecuencia nada desdeñable los 40º. Los inviernos, aunque son suaves por la penetración de las influencias oceánicas, son algo más frescos que en las zonas costeras (la temperatura media anual suele descender de los 10º, aunque no suele ser inferior a 6º-7º) y ello determina un aumento de la amplitud térmica anual respecto al resto de los climas característicos de Andalucía.
En la provincia de Córdoba el régimen térmico se rige por un fuerte contraste estacional entre un verano largo y caluroso y un invierno frío y no excesivamente amplio a lo largo del año el régimen térmico describe una curva ascendente con un máximo y un mínimo muy marcados, coincidentes con el invierno y el verano respectivamente. Este ritmo anual de la temperatura no presenta variaciones importante en toda la provincia.
El régimen anual de precipitaciones de la comarca de la Subbética al igual que el resto de la provincia de Córdoba se caracteriza por presentar dos situaciones extremas, un verano muy seco un invierno relativamente lluvioso. Dentro de la comarca de la Subbética, Almedinilla no se encuentra en la zona más lluviosa (cerca de Zuheros y Doña Mencía) pero sí con una precipitación media anual moderada entre 600-700 mm.