El paso de la “Entrada de Jesús en Jerusalén” abre el telón de la Semana Santa de Almedinilla. Tras una travesía de 1092 días vuelve la ilusión y alegría de los niños y niñas del municipio almedinillense.
Ayer, Domingo de Ramos, comenzaba oficialmente las celebraciones de Semana Santa. Una vuelta a la normalidad cofrade dos años después, tras una larga travesía por un desierto de dos años de pandemia.
A las 10:30h de la mañana se reunían cientos de personas en la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista para celebrar la liturgia de la bendición de las palmas, eucaristía y procesión de la Entrada Triunfal de Jesús a Jerusalén, conocida popularmente como la “Pollinica” o “Borriquita”, en la que los niños y niñas del municipio almedinillense tenían un gran protagonismo.
A las 11:15h se iniciaba la procesión con la Cruz de Guía y ciriales, niños y niñas ataviados de hebreos, paso de Jesús montado en la borriquilla o pollino llevado por las costaleras de la Hermandad del Santísimo Cristo del Amor, autoridades religiosas, municipales y representantes de las asociaciones culturales, religiosas, deportivas y vecinales portando las tradicionales palmas y ramos de olivo, cerrando el cortejo la Banda de Tambores y Trompetas “La Unión”.
El simbolismo de ramas o palmas del Domingo de Ramos tiene un gran simbolismo para los cristianos, ya que les recuerda la entrada triunfal de Jesús de Nazaret a la ciudad de Jerusalén, cuyos habitantes lo reconocieron como el Mesías, como el Hijo de Dios, en medio de una gran excitación. En Almedinilla, es tradición guardar las palmas del Domingo de Ramos colocándolas en los balcones durante el resto de los días del año.
Los momentos de mayor concentración de público tuvieron su reflejo en la salida procesional, Fuente del Loro, Paseíllo, entrada a Ronda de Andalucía, Plaza de España, Cuatro Caños y entrada del paso al son de las marchas procesionales e Himno Nacional, entre los vivas y aplausos.
Manuel Carrillo Castillo
