¿QUÉ SE PUEDE DEPOSITAR?
Restos de aceite de fritura de alimentos. No se debe depositar en estos contenedores el aceite de motor, grasas industriales o aceites con bases de petróleo. En este caso, la legislación obliga a los fabricantes a hacerse cargo de los mismos. Para ello, se ha puesto en marcha una entidad, Sigaus, que el año pasado recuperó, según sus responsables, 154.775 toneladas de este residuo, del que un 70% sirvió para obtener nuevos aceites.
Es importante no usar los contenedores de recogida de aceite doméstico para verter otro tipo de sustancias en especial aceite mineral ya que aparte de ser un residuo peligroso invalida el proceso de reciclaje.
Nunca eches el aceite por el desagüe o por el inodoro.
Lleva el aceite en una botella de plástico cerrada herméticamente y deposítalo en los contenedores habilitados al efecto por el Ayuntamiento.
¿DÓNDE SE DEPOSITA?
En los contenedores distribuidos al efecto en los siguientes emplazamientos:
- Contenedor en esquina de Paseo Moreras con Colegio Público Rodríguez Vega de Almedinilla.
- Punto Limpio de Almedinilla, sito en Polígono Industrial Los Bermejales, Vial III.
- Punto Limpio Móvil, en horario de Sábados primero y tercero del mes, de 9 a 11 h de la mañana en Paseo Moreras.
HORARIO
Contenedor situado junto a Colegio Público Rodríguez Vega, disponible todas horas.
Punto Limpio de Almedinilla, consultar horarios de apertura.
GESTORES
- Ecosub
¿QUÉ SE HACE CON EL RESIDUO RECOGIDO?
El aceite depositado en los bidones se recoge por un vehiculo y pasa a las instalaciones de los gestores donde se seleccionan y vacían ya sea manualmente o en un molino triturador. Los plásticos sobrantes se gestionan con un gestor autorizado en estos residuos.
En este punto el aceite doméstico se une al aceite procedente del sector Horeca, pasa por un tamiz o filtrado de varias etapas a fin de separar los sólidos que en él se encuentran. Posteriormente se pasa a cisternas y se mantienen depositados varios días para la separación del agua. Esa agua se deposita en contenedores para su posterior eliminación mediante empresas autorizadas, o bien se calienta para evaporar el agua y obtener un aceite de mejor calidad.
Posteriormente se procede a su venta a plantas valorizadoras que son las encargadas de convertir este aceite en biocombustibles, bioaceites, u otros elementos
La mayor parte de este aceite se destina a la fabricación de biocombustible. Una pequeña fracción del mismo, el más limpio, se utiliza para la fabricación de jabón, labor que realiza Avalon en sus talleres ocupacionales.
La fracción destinada a la obtención de biodiesel, deber ser liberada de impurezas y humedad, tras lo cual se envasa para su transporte a la planta de transformación. El proceso de obtención de este combustible a partir de aceite vegetal consiste fundamentalmente en la reacción química del aceite con metanol para obtener como producto principal el combustible y como subproductos glicerina y un fertilizante rico en potasio (aditivo que actúa como catalizador). Una vez se ha dado la reacción química se procede a la purificación de los productos y subproductos obtenidos y a su transporte hasta los puntos de consumo.
El biodiesel obtenido con este residuo va incrementando su importancia en el mercado de los biocombustibles, pudiendo ser utilizado en la mayor parte de los vehículos bien directamente o bien mezclado con otros combustibles tanto en motores de combustión interna, ciclo Otto, como en instalaciones de calefacción.
BENEFICIOS MEDIO AMBIENTALES
Verter el aceite doméstico usado por el fregadero causa un efecto negativo en el medio ambiente. En España, se estima que dos tercios de este residuo acaba en las alcantarillas, de manera que ocasiona diversos perjuicios: atascos en tuberías, trabajo extra para las plantas de tratamiento de aguas residuales, aumento de plagas urbanas, etc. Se estima que cada consumidor genera al año unos cuatro litros de aceite doméstico usado. En total, España mueve unos 180 millones de litros de aceite vegetal usado anuales.
Si este residuo llega a los ríos, se forma una película superficial que afecta al intercambio de oxígeno y perjudica a los seres vivos del ecosistema. Los cálculos apuntan que un litro de aceite puede contaminar mil litros de agua.
El aceite industrial, como el utilizado en la maquinaria pesada o en los automóviles, tiene aún peores consecuencias: dos litros son capaces de contaminar el agua de una piscina olímpica o la superficie de dos campos de fútbol. Su elevado contenido en metales pesados y su baja biodegradabilidad le convierten en una amenaza para los suelos, que pueden perder su fertilidad, y para las aguas, tanto superficiales como subterráneas, donde puede perdurar hasta 15 años.
Esta contaminación se puede evitar con el reciclaje, una práctica ecológica que en el caso del aceite usado tiene muchas posibilidades y beneficios. Por cada litro de este residuo se puede lograr un litro de un biocombustible para motores diésel. La ventaja es doble: se evita su impacto en la naturaleza y se crea una alternativa para reducir el uso de los combustibles fósiles convencionales.
El aceite usado tiene otras muchas salidas. Industrias tan diversas como la química, la cosmética o la farmacéutica se aprovechan de este residuo para elaborar abonos, barnices, cera, cremas, detergentes, jabones, lubricantes, pinturas, velas, etc. No hace muchos años se aprovechaba en las casas para elaborar jabón casero. Hoy en día, los partidarios de una limpieza ecológica en el hogar adquieren este tipo de jabones o los hacen ellos mismos con sosa cáustica que puede adquirirse en cualquier droguería.