Desde las ruinas del Molino del Cura baja un camino hacia el río, que pasa por la antigua huerta del Cortijo. Allí encontramos la fuente y la alberca que recogía el agua para regar la huerta.
Como está muy cerca del pueblo, resulta agradable el paseo hasta la fuente a por agua para beber. Al no estar clorada, resulta de cierto interés.