Según la información proporcionada por el cronista de la villa, Rafael Requerey, en 1860 el síndico municipal propuso la traída de agua a la villa desde el manantial del Veredón a causa del aumento de población. Dicha propuesta fue aprobada por unanimidad y se construyó una cañería y la fuente pública en el lugar conocido como los Cuatro Caños. La fuente que hoy día vemos es posterior, pues la inscripción que conserva la data en 1950.
Aunque no parece ser muy usada y, por tanto, su función es fundamentalmente decorativa, en relación con el rincón urbano donde se sitúa.
Se compone de un pilar circular de 2 m. de diámetro y 50 cm. de altura, en cuyo centro se emplaza una pilastra dotada de un fuste circular en su parte baja, una pileta de planta circular en medio y un cuerpo superior de forma troncocónica provisto de cuatro caños que está rematado con una cruz de hierro forjado. Se halla en la plazuela de la fuente de los Cuatro Caños.